Durante el día de hoy, ha salido publicada una nota de prensa del Instituto Nacional de Estadística revelando un dato alarmante.
El número de hipotecas constituidas en España en septiembre de 2019 es de 22.488, un 31,6% inferior al número de hipotecas constituidas en el mismo mes del año pasado, esto es, en septiembre de 2018.
Además, este retroceso en el mercado hipotecario afecta a todas las comunidades autónomas. En el siguiente cuadro podemos ver cómo se produce una variación negativa en términos anuales tanto en porcentaje del capital prestado como en número de viviendas hipotecadas,
Aquí podemos ver la información más clara, y ver qué comunidades autónomas están sufriendo un mayor retroceso como La Rioja, Extremadura y Asturias, y cuales están retrocediendo en menor medida como Navarra, Castilla La Mancha e Islas Baleares.
Como puede observarse, la Comunidad Valenciana se encuentra, con una variación de -31,5% prácticamente en la media nacional.
¿Qué significa esto?, ¿Cómo es posible que encontrándose los precios de alquiler tan elevados no se incremente el número de hipotecas para la compra de vivienda?
La respuesta es que en la actual situación de enfriamiento y desaceleración de la economía, los distintos agentes económicos están reaccionando ante lo que esperan, está por venir.
- Los inversores esperan poder comprar con un mayor descuento si retienen su inversión hasta buscar el “valle” del ciclo económico.
- Las familias, ante las dificultades que proveen en su entorno laboral, temen incurrir en riesgos financieros.
- Y por último las entidades bancarias a su vez incrementan sus requisitos para la concesión de hipotecas. Con el objeto de no encontrarse con una subida de la morosidad. Especialmente en el contexto actual, en el que el Banco Central Europeo está siendo muy exigente con los ratios de solvencia que tiene que cumplir la banca comercial.
Por lo tanto nos encontramos ante un escenario en el que los diferentes agentes económicos ya empiezan a tomar medidas ante el futuro esperado, lo que no va a hacer sino adelantar la deceleración económica general, e inmobiliaria en particular.